Dos efectivos del cuerpo de bomberos de la localidad balnearia bonaerense Villa Gesell que ante un alerta llegaron a la puerta del boliche «Le Brique» para asistir a Fernando Báez Sosa tras el ataque a golpes declararon este viernes que lo encontraron ya «sin signos vitales».
Los bomberos voluntarios Verónica Onieva y Javier Timoteo dieron testimonios coincidentes frente al Tribunal Oral en lo Criminal 1 (TOC 1) de Dolores, a cargo del debate.
También detallaron que tardaron cerca de dos minutos en llegar al lugar tras el llamado que advertía sobre una persona inconsciente frente al boliche «Le Brique», situado a cuatro cuadras del cuartel.
Onieva y Timoteo son dos de los tres testigos citados para esta décima audiencia del juicio que se les sigue a ocho rugbiers, ya que declaraba aún Pablo Gastón Zapata, un joven oriundo de Zárate que denunció a uno de los rugbiers semanas antes del hecho por una agresión.
Si bien había otros testigos pautados inicialmente para el mismo día, fueron desistidos tanto por los fiscales Juan Manuel Dávila y Gustavo García, como por los abogados de la familia de la víctima, Fernando Burlando y Fabián Améndola.
Al igual que en todas las audiencias previas -salvo ante situaciones excepcionales en las que prefirieron salir momentáneamente del recinto-, el debate es presenciado por Graciela Sosa y Silvino Báez, padres del estudiante de abogacía de 18 años asesinado el 18 de enero de 2020.
También están presentes, pero en el banquillo de los acusados los ocho imputados, Máximo Thomsen (23), Enzo Comelli (22), Matías Benicelli (23), Blas Cinalli (21), Ayrton Viollaz (23), y Luciano, Ciro (22) y Lucas Pertossi (23).
El abogado defensor de los rugbiers, Hugo Tomei, ingresó a los tribunales más de dos horas antes del inicio de la audiencia, y mantuvo desde las 8 una reunión técnica con los acusados en la planta baja del edificio.